Domingo, 14 de Septiembre del 2025 Abrir Boletín dominical
Santa Misa con canonizaciones de los Beatos: Santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis
Queridos hermanos y hermanas,
En la primera lectura escuchamos una pregunta: [Señor,] “¿quién conoció tu designio, si tú no le diste la sabiduría y no le enviaste tu santo espíritu desde lo alto?” (Sab 9,17). Esta pregunta llega después de que dos jóvenes beatos, Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, fueran proclamados santos, y esto es providencial porque en el Libro de la Sabiduría esta pregunta se atribuye a un joven como ellos: el rey Salomón. Tras la muerte de su padre David, se dio cuenta de que tenía muchas cosas: poder, riqueza, salud, juventud, belleza y todo el reino. Fue precisamente esta gran abundancia de recursos la que despertó en su corazón una pregunta: “¿Qué debo hacer para que nada se pierda?” Salomón comprendió que la única manera de encontrar una respuesta era pedir a Dios un don aún mayor: el de su sabiduría, para que pudiera conocer los planes de Dios y seguirlos fielmente. Se dio cuenta, en efecto, de que solo de este modo todo encontraría su lugar en el gran plan del Señor. Sí, porque el mayor riesgo en la vida es desperdiciarla fuera del plan de Dios.
Jesús también, en el Evangelio, nos habla de un plan al que debemos comprometernos de todo corazón. Dice: “El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo” (Lc 14,27); y de nuevo: “Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío” (v. 33). Nos llama a abandonarnos sin titubeos a la aventura que nos ofrece, con la inteligencia y la fuerza que provienen de su Espíritu, que podemos recibir en la medida en que nos vaciamos de las cosas e ideas a las que estamos apegados, para escuchar su palabra.
Muchos jóvenes, a lo largo de los siglos, han tenido que afrontar esta encrucijada en sus vidas. Pensemos en san Francisco de Asís: como Salomón, él también era joven y rico, sediento de gloria y fama. Por eso fue a la guerra, con la esperanza de ser nombrado caballero y adornado con honores. Pero Jesús se le apareció en el camino y le pidió que reflexionara sobre lo que estaba haciendo. Al entrar en razón, le hizo a Dios una sencilla pregunta: “Señor, ¿qué quieres que haga?” (Leyenda de los Tres Compañeros, cap. II: Fonti Francescane, 1401). A partir de ahí, cambió su vida y comenzó a escribir una historia diferente: la maravillosa historia de santidad que todos conocemos, despojándose de todo para seguir al Señor (cf. Lc 14,33), viviendo en pobreza y prefiriendo el amor de sus hermanos y hermanas, especialmente los más débiles y pequeños, al oro, la plata y las telas preciosas de su padre.
¡Cuántos santos semejantes podríamos recordar! A veces los retratamos como grandes figuras, olvidando que para ellos todo comenzó cuando, siendo todavía jóvenes, dijeron “sí” a Dios y se entregaron a Él completamente, sin guardarse nada para sí. San Agustín relata que, en el “nudo tortuoso y enredado” de su vida, una voz en lo profundo de su ser le dijo: “Yo te quiero” (Confesiones, II, 10,18). Dios le dio una nueva dirección, un nuevo camino, una nueva razón, en la que nada de su vida se perdió.
En este contexto, hoy miramos a san Pier Giorgio Frassati y san Carlo Acutis: un joven de principios del siglo XX y un adolescente de nuestros días, ambos enamorados de Jesús y dispuestos a darlo todo por Él.
(continuará el próximo fin de semana)
Bendiciones y shalom de Dios,
P. Skip – Párroco
Provincia de María, Madre de las Américas
Querida Familia y Amigos de la Parroquia,
Desde 1991, los Misioneros de La Salette — sacerdotes y hermanos — han tenido la alegría y el privilegio de servir a la comunidad de fe de la Parroquia Católica Blessed Trinity. Nuestro primer párroco La Salette, el P. Héctor La Chapelle, M.S., llegó ese año, iniciando un legado de cuidado pastoral y presencia misionera que continúa hasta hoy. Junto con su ministerio, los Misioneros de La Salette han compartido con nosotros el precioso mensaje y las devociones de Nuestra Señora de La Salette, la Reconciliadora de los Pecadores, y han enriquecido nuestra parroquia con el espíritu comunitario de su carisma religioso.
Una vez más, los invito a participar generosamente en nuestra Colecta Anual Secundaria para los Misioneros de La Salette. Esta colecta se realiza cerca de la Fiesta de Nuestra Señora de La Salette (19 de septiembre) y apoya las necesidades vitales de nuestra Provincia de María, Madre de las Américas: el cuidado de nuestros miembros ancianos y enfermos, el apoyo para la jubilación, el seguro de salud y la educación y formación continuas de los futuros misioneros.
Gracias a su fiel generosidad, los Misioneros de La Salette han podido continuar su ministerio pastoral y de reconciliación, no solo aquí en Blessed Trinity, sino también en muchas otras parroquias y misiones de toda Norteamérica. Su ofrenda ayuda a sostener el espíritu del mensaje misericordioso de María y asegura que nuestra presencia misionera siga siendo fuerte en los años venideros.
Realizaremos esta Segunda Colecta en todas las Misas el fin de semana del 20–21 de septiembre. Les pido que consideren en oración cómo pueden apoyar este importante llamado. Estén seguros de nuestra sincera gratitud, de nuestras oraciones por ustedes y sus seres queridos, y de nuestro compromiso continuo de servir a Dios y a Su pueblo con espíritu misionero y con la intercesión y el amor de Nuestra Señora de La Salette.
Con toda bendición,
P. Skip Negley, M.S.
Párroco
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